Impacto del Despliegue Naval de EE.UU. en las Comunidades Pesqueras de Sucre
Diferencias en la Percepción del Miedo y sus Consecuencias Económicas
Güiria y Cumaná,dos localidades pesqueras situadas en el estado Sucre,al noreste de Venezuela,se encuentran a solo 262 kilómetros de distancia.Sin embargo, la percepción del miedo y las repercusiones económicas que enfrentan son notablemente diferentes tras el reciente despliegue naval estadounidense en el mar Caribe.
En Güiria, una localidad cercana a Trinidad y Tobago donde se han reportado actividades relacionadas con el narcotráfico, los pescadores y comerciantes han expresado su preocupación por la presencia de embarcaciones estadounidenses. Según testimonios recogidos por EFE,esta situación ha alterado drásticamente la economía local. En contraste, los habitantes de cumaná afirman que su actividad pesquera ha sido afectada principalmente por la escasez de gasolina.
Desde el 2 de septiembre pasado, cuando se produjo un ataque estadounidense contra una lancha en aguas caribeñas bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, Güiria ha visto un descenso significativo en su actividad económica. Fuentes no oficiales indican que al menos tres personas fallecidas durante ese incidente eran residentes locales.
La paralización del comercio informal —que incluye productos como alimentos y ropa— es evidente debido al temor generalizado entre los lugareños a salir a navegar hacia Trinidad y Tobago. esto ha resultado en una disminución considerable del ingreso monetario para esta región costera.
«Las embarcaciones ya no están zarpando hacia Trinidad; ni siquiera migrantes están saliendo», comentó un comerciante anónimo preocupado por posibles explosiones fatales.
La Migración: Un Fenómeno Afectado
históricamente, muchos habitantes de Güiria han migrado hacia Trinidad y Tobago; antes del ataque estadounidense se registraban hasta seis salidas semanales desde esta localidad. Sin embargo, este número ha caído drásticamente a cero durante los últimos dos meses.
La interrupción total del tráfico marítimo es algo sin precedentes para Güiria; incluso después del trágico naufragio ocurrido en diciembre de 2020 —donde murieron 33 personas— las lanchas continuaron operando. Tras los recientes ataques estadounidenses, hay un aumento notable en la presencia policial y militar local; algunos ciudadanos incluso han reportado avistamientos sospechosos entre funcionarios vestidos como civiles.
Se estima que entre quince y veinte víctimas mortales asociadas con estos ataques provienen directamente de Güiria o áreas cercanas; sin embargo,muchos evitan hablar abiertamente sobre ello debido al temor a represalias.
El mes pasado también vio una participación activa por parte de lancheros locales en ejercicios militares organizados por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), como respuesta ante las maniobras navales estadounidenses que incluyeron ejercicios conjuntos con Trinidad y Tobago rechazados por Caracas.
El canciller venezolano Yván Gil denunció recientemente que un «destructor» estadounidense abordó una embarcación con nueve pescadores venezolanos mientras navegaba cerca La Blanquilla —a unas 48 millas náuticas— lo cual intensifica aún más las tensiones regionales.
Cumaná: Una Realidad Distinta
A diferencia de lo vivido en Güiria, Cumaná presenta una situación diferente según varios pescadores consultados por EFE. aunque reconocen estar conscientes del despliegue naval estadounidense cercano a sus costas, aseguran no sentir miedo alguno para realizar sus labores diarias. No obstante, sí enfrentan serias dificultades debido a la falta crónica de gasolina para operar sus embarcaciones adecuadamente.
Aunque existe suministro subsidiado proporcionado ocasionalmente por el gobierno —cada mes o cada dos meses— este resulta insuficiente para cubrir sus necesidades diarias laborales ya que solo les permite trabajar durante dos días tras recibirlo. Por ello muchos optan por adquirir gasolina dolarizada (a aproximadamente $0.50 centavos/litro) lo cual incrementa significativamente sus costos operativos mensuales.
Un pescador compartió su experiencia afirmando obtener ganancias entre diez y quince dólares diarios trabajando tres veces a la semana; esto suma alrededor cuarenta dólares semanales pero requiere inversiones considerables solo para combustible necesario para salir al mar.
«Desde un punto económico no es rentable»,reflexionó otro lanchero anónimo sobre su trabajo diario: «La pesca es incierta». A pesar esto sigue apostando porque algunos días logran capturar productos más valiosos como atún o langosta.
Este panorama revela cómo distintas comunidades pesqueras pueden experimentar realidades divergentes frente situaciones similares basadas tanto factores externos como internos relacionados con recursos disponibles e infraestructura económica local.
Fuente: EFE
