La Casa Blanca de Trump Apela la Anulación de su Política Arancelaria
La administración del expresidente Donald Trump ha presentado una apelación contra la reciente decisión judicial que invalidó su política de aranceles, apenas minutos después de que se emitiera el fallo. Stephen Miller, un influyente asesor en la Casa Blanca, calificó el veredicto como un «golpe judicial fuera de control», reflejando así la indignación del equipo presidencial.
Un Revés Judicial Significativo
En un giro inesperado,un tribunal federal con sede en Manhattan bloqueó la implementación de los extensos aranceles impuestos por Trump a las importaciones globales. Esta decisión representa un duro golpe a uno de los pilares fundamentales del plan económico del exmandatario.
El fallo no solo cuestiona las bases legales sobre las cuales se sustentaban algunas de las acciones más controvertidas durante su segundo mandato, sino que también plantea serias dudas sobre el futuro uso del poder ejecutivo en materia comercial. La administración ha recurrido rápidamente a instancias superiores y es probable que sea la Corte Suprema quien tenga que emitir una resolución definitiva al respecto.
Limitaciones en el Uso de Aranceles
A raíz del fallo, Trump enfrenta restricciones significativas para utilizar los aranceles como herramienta para influir en la economía global. Para implementar nuevos impuestos a las importaciones requeriría necesariamente el visto bueno del Congreso.
Sin embargo, aún tiene margen para aplicar temporalmente tarifas impositivas del 15% durante 150 días a aquellos países con los cuales Estados Unidos presenta un déficit comercial considerable.Este aspecto está respaldado por lo estipulado en el Artículo 122 de la Ley de comercio vigente desde 1974.
Exceso en el ejercicio del Poder Ejecutivo
La sentencia fue dictada por un panel compuesto por tres jueces pertenecientes al Tribunal Internacional de Comercio estadounidense y surgió tras múltiples demandas alegando que los aranceles anunciados por Trump excedían sus atribuciones y dejaban al país vulnerable ante decisiones arbitrarias relacionadas con su política comercial.
Trump ha sostenido repetidamente que estos aranceles incentivarían a los fabricantes estadounidenses a repatriar empleos y generar ingresos suficientes para reducir el déficit fiscal nacional. Utilizó esta estrategia como una herramienta negociadora con otros países, sugiriendo incluso establecer tarifas unilateralmente si no se alcanzaban acuerdos favorables.kush Desai, portavoz oficial de la Casa Blanca, argumentó que los déficits comerciales constituyen una emergencia nacional “que ha devastado comunidades estadounidenses”, afectando tanto a trabajadores como debilitando sectores industriales clave sin ser cuestionada por parte alguna durante el juicio.
El caso fue evaluado por tres jueces: Timothy Reif (nombrado por Trump), Jane Restani (designada bajo Ronald Reagan) y Gary Katzman (designado bajo Barack Obama).En su dictamen final señalaron: “las Órdenes Arancelarias Mundiales y Represaliativas superan cualquier autoridad otorgada al Presidente según IEEPA para regular importaciones mediante aranceles”.
A pesar del revés legal relacionado con sus políticas más recientes,se mantienen vigentes algunos aranceles establecidos bajo otras normativas previas; entre ellos destaca un impuesto adicional del 25% aplicado sobre automóviles importados junto con acero y aluminio extranjeros. Estas medidas están fundamentadas en investigaciones realizadas por el Departamento de Comercio acerca potencial riesgo hacia la seguridad nacional derivado productos foráneos.
Con información adicional proporcionada por Associated Press.