El Inicio de Soda Stereo: Un Viaje Musical que Transformó el Rock en Latinoamérica
Los Primeros Pasos de una Leyenda
El 19 de diciembre de 1982 marcó un hito en la historia del rock latinoamericano: fue el día en que soda Stereo ofreció su primer concierto. Gustavo Cerati contaba con solo 23 años, Zeta Bosio tenía 24 y Charly Alberti apenas había cumplido los 19. Aunque sus aspiraciones eran grandes, jamás imaginaron que pronto se convertirían en la banda más influyente del continente.
Este debut tuvo lugar durante una celebración de cumpleaños en el departamento de un amigo, Alfredo Lois, quien era compañero universitario de Gustavo y Zeta. Lois no solo fue testigo del inicio musical del grupo, sino que también se convirtió en su diseñador e iluminador durante sus primeros años, creando logotipos y portadas para varios discos.
Un Comienzo Íntimo pero Prometedor
el show inaugural se llevó a cabo en un comedor ante un reducido grupo de diez a quince amigos y con un volumen ensordecedor. La lista incluyó canciones que más tarde alcanzarían gran popularidad como «¿Por qué no puedo ser del jet-set?», «Vitaminas» y «Dietético», además de una versión casi punkera del clásico «La vi parada ahí» de The Beatles. También interpretaron temas menos conocidos como «Dime Sebastián»,»Detectives»,»La calle enseña» y «Debo soñar».
En ese momento, la banda llevaba nueve meses ensayando intensamente en la casa de Charly Alberti; su padre Tito contaba con una sala adecuada para las prácticas debido a su trayectoria como percusionista destacado. A pesar del esfuerzo constante por perfeccionar su sonido, los integrantes dudaban sobre presentarse ante el público real; incluso consideraron añadir un cuarto miembro al grupo.
Sin embargo, tras varias audiciones fallidas con músicos como Ulises Butrón o Richard Coleman —quien les aconsejó seguir como trío— decidieron dar el salto al escenario sin buscar más integrantes.
De Fiestas Privadas a Escenarios Reconocidos
Después de algunas actuaciones privadas adicionales —la última celebrada a fin de año— Soda Stereo realizó su primer show “oficial” en julio de 1983. Este evento tuvo lugar en la discoteca airport durante una fiesta donde había cerveza libre y desfiles modales; aunque asistieron unas doscientas personas, el sonido dejó mucho que desear y los nervios jugaron un papel importante.
A pesar del mal desempeño inicial —que llevó al organizador a perder dinero— rápidamente encontraron otra oportunidad cuando fueron invitados inesperadamente a reemplazar al grupo Nylon en Stud Free Pub. Aunque solo había treinta personas presentes esa noche, lograron impresionar tanto al público como al dueño del local quien decidió contratarlos nuevamente.
Con esta nueva visibilidad comenzaron a tocar regularmente por Buenos Aires gracias a Marcel —un amigo dispuesto a ayudarles hasta recuperar lo invertido para grabar un demo— logrando hasta quince fechas mensuales entre pubs y fiestas privadas.
La Consolidación Musical
Durante este periodo inicial surgieron lugares emblemáticos donde bandas emergentes brillaban; Café Einstein y Bar Zero eran epicentros culturales donde grupos como Sumo o Metrópoli también hacían ruido. En uno de sus primeros shows allí ocurrió anécdota memorable: dos cuerdas se rompieron mientras tocaban debido al equipo prestado por Charly Alberti; sin embargo, esto no impidió que ganaran reconocimiento inmediato entre los asistentes.
A medida que avanzaba esta etapa formativa para Soda Stereo llegaron nuevas oportunidades: Horacio Martínez —ejecutivo del sello CBS— vio potencial suficiente para proponerles grabar material oficial tras asistir a uno sus conciertos importantes. Firmaron contrato el 17 agosto 1983 bajo la recomendación clara: tocar lo máximo posible para ganar notoriedad antes del lanzamiento oficial.
Aunque Martínez sugirió incluir versiones modernas para atraer atención radial hacia ellos (como alguna canción popular),Soda Stereo optó por mantenerse fieles a su estilo original rechazando dicha propuesta.
Un Legado Inigualable
Para finales diciembre ya estaban posicionándose junto con Sumo como las bandas más convocantes dentro circuitos locales; pegaban afiches promocionales por toda la ciudad e incluso participaron activamente durante ciclos populares donde artistas reconocidos colaboraban sobre escenarios improvisados.
Así comenzó la travesía musical que llevaría eventualmente no solo éxito comercial sino también reconocimiento internacional convirtiendo así cada presentación posterior no sólo eventos musicales sino verdaderas celebraciones culturales dentro panorama latinoamericano contemporáneo.
