La represión Cultural Durante la Dictadura: Un Análisis de la Música y la sexualidad
La dictadura en Argentina se caracterizó por una represión implacable y de una crueldad inimaginable, especialmente dirigida hacia aquellos considerados militantes de organizaciones como Montoneros y el ERP. Sin embargo, esta brutalidad no se limitó a estos grupos; muchos otros ciudadanos que no estaban involucrados en actividades políticas también sufrieron las consecuencias. Este castigo fue severo, ignorando cualquier marco jurídico establecido.
La Reacción del Rock: Una Forma de Protesta
A pesar del clima opresivo,el rock emergió como un espacio de disenso. Aunque los militares tenían dificultades para comprender su lenguaje metafórico, algunas canciones lograron evadir la censura directa. Por ejemplo, «Canción de Alicia en el país» de charly García no fue prohibida explícitamente; sin embargo, otras composiciones como «Viernes 3AM», que sugería un cambio radical entre lo amargo y lo dulce mientras insinuaba un suicidio, sí enfrentaron restricciones.
Una sensación predominante durante esa época era que mientras se podía sobrellevar la represión al rock, la situación política era insostenible. Esta música se convirtió en una poderosa forma de protesta que no estaba alineada con ningún partido político específico pero sí representaba una oposición clara al régimen militar. Es posible que algunos altos mandos militares consideraran preferible permitir cierta libertad a estos jóvenes con apariencia «degenerada» —según su perspectiva— antes que cerrarles todas las puertas y arriesgarse a fomentar simpatías políticas subversivas.
La Sexualidad Bajo Control: Un Escape Permitido
La represión cultural también abarcó aspectos relacionados con la sexualidad. A pesar del discurso dominante occidental y cristiano presente durante esos años oscuros, hubo cierta tolerancia hacia expresiones sexuales juveniles siempre que estas fueran convencionales o mainstream. En contraste, las comunidades LGBTQ+ enfrentaron una clandestinidad asfixiante.
Este fenómeno no fue casual; más bien representó un intento deliberado por parte del régimen para ofrecer alguna vía de escape controlada a través del entretenimiento popular.Las revistas teatrales y películas picarescas —aunque burdas— proliferaron durante este período. Títulos como “Te rompo el rating”, protagonizada por Moria Casán y Jorge Porcel o “El rey de los exhortos” con Susana Giménez y Alberto Olmedo eran ejemplos claros donde el sexo era presentado bajo parámetros aceptables para los militares; eran considerados espacios filtrados donde aún existía algo parecido a la libertad personal.aunque hoy estas producciones carecen completamente del interés juvenil contemporáneo,reflejan cómo el régimen militar permitía ciertas formas superficiales de expresión sexual mientras mantenía bajo control cualquier manifestación más profunda o auténtica relacionada con identidades diversas.
tanto el rock como ciertos aspectos relacionados con la sexualidad sirvieron como válvulas para liberar tensiones dentro del contexto represivo argentino durante los años setenta y ochenta. Estas manifestaciones culturales fueron cruciales para entender cómo se desarrolló una resistencia sutil frente a un sistema autoritario opresor.