Tensión Diplomática entre Colombia y Venezuela por la Privatización de Monómeros
La relación entre Colombia y Venezuela se encuentra en un punto crítico. Recientemente, el canciller venezolano acusó a su homólogo colombiano de «charlatanería», lo que llevó al presidente Gustavo Petro a emitir una carta pública dirigida a Nicolás Maduro. En este documento, Petro expresa su firme oposición a la propuesta venezolana de privatizar Monómeros, una empresa administrada por la estatal Pequiven y ubicada en Barranquilla.
La Defensa de Monómeros
«Me opongo rotundamente a cualquier intento de privatización de Monómeros», afirmó Petro en sus redes sociales. Recordando un intento previo durante el gobierno del expresidente Iván Duque, el mandatario colombiano subrayó que «la agricultura es fundamental para transformar nuestra economía extractivista en un sistema productivo que genere riqueza».
En su mensaje, Petro también hizo referencia a Alex Saab, quien ha sido señalado como testaferro del régimen venezolano y fue encarcelado en Estados Unidos antes de ser liberado recientemente como parte de negociaciones con el gobierno venezolano.
Controversias Recientes sobre Monómeros
La empresa ha estado bajo escrutinio este año tras las elecciones presidenciales fraudulentas en Venezuela. En agosto pasado, Monómeros tuvo que aclarar su situación legal al afirmar que opera como «empresa privada» conforme a las leyes colombianas y cumple con los estándares necesarios para garantizar su idoneidad empresarial.
Este pronunciamiento surgió después de acusaciones sobre transferencias financieras al gobierno venezolano. Según informes del diario El Colombiano, se alegaba que Monómeros había enviado 30 millones de dólares a Pequiven, una acción prohibida debido a las sanciones impuestas por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro estadounidense.
«Rechazamos cualquier información destinada a cuestionar nuestra seriedad y responsabilidad social», declaró la compañía ante estas acusaciones. Por su parte, Gustavo Petro enfatizó la necesidad urgente de desmentir lo que calificó como «calumnias» relacionadas con Monómeros. Recordando eventos pasados bajo el mandato anterior donde Juan Guaidó asumió temporalmente el control administrativo antes del retorno hacia Pequiven.
Un Conflicto Diplomático Creciente
El desacuerdo sobre Monómeros no es más que un capítulo dentro del creciente conflicto diplomático entre ambos países. El jueves pasado, Yván Gil, canciller venezolano, exigió al ministro colombiano Luis Gilberto Murillo cesar lo que describió como «charlatanería desde el norte». Esto ocurrió tras declaraciones colombianas sobre promover transparencia electoral frente a la controvertida reelección presidencial venezolana.
«No toleraremos más comentarios sobre nuestro país; ya hemos advertido las consecuencias», expresó Gil mediante Telegram. Además criticaba cómo Murillo había convertido la diplomacia colombiana en una mera retórica mediática: “Desde aquí podemos ofrecer lecciones verdaderas sobre democracia”, añadió.
Un día antes, Murillo reafirmaba desde Bogotá: “Continuaremos promoviendo transparencia democrática sin interferir en los asuntos internos ajenos”.
Carta Abierta contra Privatización
En su carta dirigida al presidente Maduro respecto al futuro incierto de Monómeros, Gustavo Petro argumenta:
“Quiero manifestarle mi oposición ante la decisión tomada por Alex Nain Saab Morán acerca della venta y privatización”
Petro destaca cómo esta empresa ha beneficiado durante más cinco décadas tanto a campesinos colombianos como venezolanos mediante precios justos para insumos agrícolas esenciales. Asegura además que esta privatización podría resultar no solo costosa sino también perjudicial para millones dependientes económicamente del sector agrícola local:
“La venta implicará encarecimiento e incrementará nuestra dependencia hacia productos extranjeros”.
El presidente concluye instando nuevamente al mandatario venezolano reconsiderar esta decisión crucial para asegurar sustento alimentario regionalmente sostenible.
Con estos acontecimientos recientes se evidencia cómo los vínculos entre Colombia y Venezuela continúan deteriorándose mientras ambos gobiernos navegan tensiones políticas complejas e interdependencias económicas críticas.