La conmovedora historia de Juan Carlos Leiva y su perro sultán
Un final inesperado para una vida de amor incondicional
Juan Carlos Leiva, un hombre de 50 años que vivía en la calle, falleció durante una ola polar en Mendoza, aferrándose a su fiel compañero canino, Sultán. Su cuerpo permaneció sin ser reclamado en la morgue durante un mes hasta que los vecinos decidieron actuar para brindarle el reconocimiento que merecía.
La relación entre Juan y Sultán tocó profundamente a quienes frecuentaban las áreas cercanas a Plaza Italia y Plaza Independencia, donde el hombre había estado viviendo durante siete años. Gracias a una cadena solidaria impulsada por estos vecinos, Sultán fue adoptado por una familia vinculada al quiosco donde Juan solía conseguir alimentos.
Juan falleció el 4 de junio y su cuerpo fue registrado como NN (no identificado) en la morgue del hospital Scaravelli en Tunuyán, ubicado a 80 kilómetros de Mendoza. Los residentes del área que habían cuidado de él durante tanto tiempo deseaban ofrecerle un adiós digno.
La lucha por ayudar a Juan
El hospital Scaravelli comunicó que no había familiares reclamando el cuerpo. Ante esta situación, los vecinos consideraron viajar hasta Tunuyán para identificarlo y darle sepultura adecuada. María del Carmen navarro, quien trabajaba como empleada de limpieza en un consultorio dermatológico cercano junto con otra vecina, fueron las encargadas de llevarlo al hospital Central tras encontrarlo con problemas respiratorios.
La conexión entre Juan y Sultán era inquebrantable. Cuando María del Carmen logró convencerlo para recibir atención médica después de varios intentos fallidos debido al llanto angustiado del perro —que creía que le estaban haciendo daño— tuvo que calmar a Sultán mientras lo trasladaban al vehículo.
A pesar de no tener su DNI —no recordaba dónde lo había perdido— María del Carmen se dirigió directamente a la recepcionista explicando la situación: «Vive en la calle y se está muriendo». Con empatía por parte del personal médico, lograron atenderlo finalmente tras largas horas esperando.
lamentablemente,después de ser ingresado en terapia intensiva debido a EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica),neumonía y problemas cardíacos severos; nunca recibió visitas ni tenía familiares informados sobre su estado crítico. solo existían llamadas diarias desde María del carmen hacia el hospital para conocer sobre su salud hasta recibir la devastadora noticia sobre su muerte.
Un legado perdurable
Poco se sabía acerca del pasado de Juan; solo se conocía que nació en Córdoba y tenía un hijo también viviendo en situación similar.Sin embargo, todos coincidían: él no quería separarse jamás de Sultán; ambos compartían un vínculo profundo e inseparable.
Los testimonios revelan cómo pasaban sus días juntos casi siempre acurrucados uno cerca del otro mientras dormían bajo refugios improvisados cerca perú 930.Las vecinas les llevaban café caliente cada mañana e incluso aseguraban tener comida suficiente para alimentar tanto al hombre como al perro.
Conforme pasaron los días tras el fallecimiento sin ningún reclamo formal por parte familiar alguna parecía certain que fuera enterrado sin identificación alguna; pero todo cambió cuando una mujer local contactó con información crucial: «Tengo el DNI de Juan Leiva», dijo ella refiriéndose al documento guardado desde hacía tiempo por él mismo antes caer enfermo.
Tres vecinos decidieron viajar hasta Tunuyán llevando consigo este documento vital lo cual permitió confeccionar oficialmente el acta defunción e identificar correctamente sus restos ante las autoridades correspondientes quienes firmaron como testigos confirmando así su existencia real dentro comunidad mendocina .
Con apoyo financiero proporcionado mediante subsidio estatal destinado situaciones críticas sociales , lograron contactar funeraria Giménez encargándose traslado desde Tunuyán hacia crematorio ubicado Lavalle .Finalmente ,el jueves 17 julio recibieron cenizas pertenecientes ya difunto amigo ;decidiendo esparcirlas próximamente montañas andinas donde tantas veces encontró refugio seguro.
Esta historia resalta cómo compasión humana puede transformar vidas incluso más allá muerte misma ;Sultan ahora tiene hogar estable mientras recuerdos querido dueño descansan serenamente naturaleza majestuosa Andes .
