La despedida de Miguel Ángel Russo: Un Último adiós en La Bombonera
La muerte es un evento desgarrador para quienes quedan atrás. El ritual de despedida evoca una realidad cruel: no habrá más días junto a esa persona que ha partido, cuyo cuerpo reposa en un ataúd como si estuviera dormido. En este contexto, el llanto sincero se convierte en la primera forma de dar sentido a la ausencia. sin embargo, la despedida de Miguel Ángel Russo fue singular y emotiva. Este jueves, La Bombonera se transformó en un espacio donde el luto se entrelazó con una atmósfera diferente.
Un Velorio Inusual
En el hall central de la entrada número 3 del estadio, se habilitó un salón para que los aficionados pudieran rendir homenaje al entrenador sin interrumpir su flujo constante. Los asistentes ofrecieron flores, camisetas y cartas con mensajes tanto paganos como religiosos. Desde el exterior solo era visible un biombo cubierto por pantallas LED que mostraban imágenes del querido técnico y frases conmemorativas. Al otro lado del biombo reposaban los restos de Russo -con una camiseta del ‘xeneize’ entre sus manos-, rodeado por familiares, amigos cercanos y figuras destacadas del fútbol.
Desde temprano hasta bien entrada la noche, La Bombonera estuvo impregnada por el aroma a flores mientras las puertas permanecían abiertas para recibir a los hinchas que querían rendir su último tributo. A medida que avanzaba la jornada, se decidió cerrar las puertas anticipadamente para evitar aglomeraciones incontrolables al día siguiente. Según fuentes cercanas al club consultadas por Clarín, los restos serán trasladados a un cementerio privado en Pilar para su cremación tras una ceremonia íntima; posteriormente sus cenizas serán esparcidas en el estadio Gigante de Arroyito según lo deseado por él.
Una Celebración Colectiva
El ambiente comenzó a cobrar vida después del mediodía cuando las parrillas comenzaron a encenderse y vendedores ambulantes ofrecían bebidas y alimentos típicos alrededor del estadio. Aunque era un velorio, había algo festivo en el aire; incluso turistas extranjeros capturaron momentos memorables ante una Bombonera vestida de luto.
A pesar del dolor presente entre los asistentes —que incluía hinchas no solo de Boca sino también seguidores de otros clubes rivales— hubo gestos conmovedores como cánticos espontáneos agradeciendo todo lo que Russo había aportado al fútbol argentino.
La muerte tiene esta extraña capacidad dentro del mundo futbolístico: puede activar sentimientos humanos profundos incluso entre aquellos considerados rivales acérrimos. Así fue como algunos hinchas riverplatenses acudieron con sus camisetas mientras otros tomaban selfies junto a ellos sin ningún tipo de conflicto.
Reflexiones sobre Su Legado
El ambiente dentro y fuera del recinto reflejaba cómo Miguel Ángel russo trascendió más allá de ser simplemente un entrenador; era alguien capaz de unir corazones dispares bajo su legado futbolístico e humano. Las coronas florales llegaron desde diversos clubes e incluso rivalidades históricas fueron dejadas atrás durante este momento solemne.Los recuerdos compartidos resonaron fuertemente entre quienes asistieron al velorio; muchos expresaron cuánto significó russo no solo como profesional sino también como amigo cercano o mentor inspirador dentro y fuera del campo.
Las redes sociales también estallaron con homenajes desde figuras prominentes hasta aficionados comunes recordando anécdotas entrañables sobre él; Lionel Messi o Sergio Agüero fueron solo algunos nombres destacados que dejaron palabras emotivas sobre su impacto duradero en el deporte argentino.Su hijo Ignacio fue uno quien optó por continuar con sus compromisos deportivos viajando hacia Rosario para enfrentar Newell’s con Tigre ese mismo día —una decisión emblemática reflejando cuán profundamente estaba arraigada la pasión futbolística familiar— mientras otros miembros cercanos permanecieron rindiendo homenaje ante su figura icónica.
al final del día quedó claro: aunque Miguel Ángel Russo ya no esté físicamente presente entre nosotros, su legado perdurará eternamente tanto dentro como fuera del terreno deportivo donde dejó huella imborrable.