De victoria al Vaticano: La Misión de las Monjas Benedictinas
Un Llamado del Papa Francisco
Las monjas de la Abadía de Santa Escolástica, reconocidas por su excepcional pastelería artesanal, han llevado su legado a Roma para cumplir un encargo especial del Papa Francisco. Este nuevo capítulo en la vida de estas religiosas no solo resalta sus habilidades culinarias, sino también el profundo compromiso espiritual que representan.
El viaje hacia el Vaticano se inicia en San Fernando,donde se ubica el monasterio benedictino fundado en 1945.Esta hermosa edificación ocupa una manzana y cuenta con un claustro románico adornado con bóvedas y capiteles. En su sencilla iglesia blanca, las monjas celebran diariamente la eucaristía, subrayando que su principal misión es la oración.
La vida Monástica: Ora et Labora
«La jornada monástica está completamente marcada por la oración», explican las religiosas a Clarín. «Nos reunimos siete veces al día para alabar a Dios y orar por las necesidades del mundo». Esta rutina comienza antes del amanecer y refleja una tradición benedictina que resume sus vidas con el lema «ora et labora» (reza y trabaja).
El monasterio también ofrece retiros espirituales rodeados de naturaleza y cuenta con talleres dedicados a diversas actividades manuales e intelectuales. Entre estos talleres destacan los de arte,encuadernación y hostias; sin embargo,es el taller de repostería el que ha ganado mayor renombre desde su inicio en los años 90.
Pastelería Artesanal: Un Éxito Creciente
La necesidad económica llevó a las monjas a establecer una repostería artesanal para asegurar su subsistencia. Comenzaron produciendo alfajores simples y galletitas; hoy ofrecen una amplia gama de productos dulces durante todo el año, incluyendo pan dulce especialmente popular durante las festividades. «Con los años hemos ampliado nuestra oferta hasta incluir productos navideños como stollen o torta Linz», comentan orgullosamente. En Argentina han llegado a producir hasta 20 mil unidades de pan dulce cada Navidad.
El Nuevo Hogar en Roma
Cuando Jorge Bergoglio era arzobispo porteño conoció bien el trabajo realizado por estas religiosas; por ello decidió convocarlas este año para ocupar el monasterio Mater Ecclesiae dentro del Vaticano tras la muerte del Papa emérito Benedicto XVI.Este lugar fue concebido originalmente como un espacio para comunidades contemplativas dedicadas exclusivamente a la oración.
Francisco deseaba restaurar este lugar como un centro espiritual activo dentro del Vaticano; así seis religiosas viajaron para asumir esta nueva misión durante aproximadamente tres años.
Adaptándose al Entorno Vaticano
A pesar del cambio geográfico significativo, las monjas aseguran que sus rutinas no han cambiado drásticamente: «Vivimos aquí lo mismo que hacíamos en Argentina», afirman mientras mantienen sus horarios regulares de oración y trabajo diario.
El ambiente espiritual es palpable dentro del monasterio vaticano; describen cómo cada acción cotidiana adquiere un significado profundo cuando se vive consagrado a Dios. El silencio allí no es simplemente ausencia de ruido; representa una oportunidad para escuchar mejor tanto al prójimo como la voz divina guiando sus pasos hacia auténtica felicidad.
Innovaciones dulces en Tierra Santa
en este nuevo entorno más pequeño no pueden replicar todos los trabajos realizados anteriormente pero rápidamente establecieron una pequeña pastelería donde producen algunos clásicos argentinos adaptados al paladar local—como alfajores o tortas bañadas en chocolate—que ya están disponibles dentro del propio Vaticano.
Los productos han sido recibidos con entusiasmo entre los visitantes locales gracias tanto a su calidad excepcional como al amor puesto en cada elaboración artesanalmente cuidada desde lo espiritual hasta lo material.
La Clave Secreta Detrás Del Pan Dulce
En Argentina son reconocidas principalmente por su pan dulce único—un producto muy diferente al típico panettone italiano—con textura húmeda repleta de frutos secos que ha conquistado corazones (y estómagos) nacionales e internacionales alike.
Aunque aún no se atreven plenamente ante competidores italianos tradicionales durante Navidad —donde dominan otros tipos específicos—las hermanas continúan perfeccionando recetas secretas transmitidas entre generaciones mientras añaden nuevos sabores innovadores cada temporada festiva.
«Nuestro objetivo va más allá simplemente vender dulces,» concluyen emocionadas “Queremos compartir algo divino mediante nuestras creaciones culinarias llenas amorosa dedicación.”