Preocupantes Resultados sobre el Uso de Pantallas y Apuestas en Buenos Aires
Un Estudio revelador
Un reciente estudio realizado en la Ciudad de Buenos Aires ha arrojado cifras alarmantes sobre el comportamiento adictivo relacionado con el uso de pantallas. Solo uno de cada diez jóvenes entre 18 y 30 años muestra un comportamiento libre de riesgos asociados al uso excesivo del celular, mientras que uno de cada cuatro adultos presenta un alto riesgo en su utilización.
Estos datos provienen del primer análisis enfocado en los nuevos hábitos de consumo, elaborado por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat junto con el Observatorio de la Deuda social Argentina, perteneciente a la Universidad Católica Argentina (UCA). La investigación no solo abarca las apuestas online, sino también el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias.
Con una muestra representativa compuesta por 6.000 residentes porteños entre 18 y 75 años, este estudio busca guiar las políticas públicas relacionadas con los consumos problemáticos desde una perspectiva basada en evidencia.
Comportamientos Adictivos Emergentes
María Agustina Paternó Manavella, becaria doctoral del Conicet e investigadora principal del proyecto, destaca que «ahora contamos con datos representativos sobre la población adulta que antes no teníamos». este informe pone bajo la lupa tanto los consumos excesivos relacionados con tecnologías digitales como las apuestas online al mismo nivel que otros tipos tradicionales de consumo adictivo.
El uso desmedido del celular se está convirtiendo rápidamente en un comportamiento riesgoso. «Este estudio no es meramente epidemiológico; ofrece una visión psicosocial sobre estos comportamientos», explica paternó Manavella.Se busca entender no solo quiénes son los consumidores sino también cuáles son sus motivaciones y contextos sociales asociados a estas prácticas.
La percepción baja del riesgo asociado al uso excesivo puede facilitar su normalización dentro del día a día.
El Impacto del Uso Excesivo
Agustina Márquez, gerente del Observatorio mencionado anteriormente, señala que «los resultados más sorprendentes están relacionados precisamente con el abuso tecnológico». En este sentido,se utilizó un instrumento validado académicamente llamado EDAS-18 para medir signos dependientes vinculados al smartphone. Los hallazgos indican que un asombroso 87.5% de los jóvenes entre 18 y 30 años exhibe patrones preocupantes relacionados con su uso diario.Además, cuatro de cada diez adultos utilizan sus celulares durante cinco horas o más diariamente; esta cifra asciende a seis entre aquellos jóvenes mencionados anteriormente. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje (4.9%) expresa preocupación por su propio uso; esta inquietud es mayor entre mujeres (5.9%) comparadas con hombres (3.7%).
Márquez también resalta diferencias socioeconómicas: aquellos provenientes estratos medios altos muestran una mayor preocupación respecto al uso excesivo comparado con quienes pertenecen a niveles bajos.
En cuanto a las apuestas online, se observa que esta actividad disminuye conforme aumenta la edad: aproximadamente el 8.4% ha apostado alguna vez por internet; notablemente más hombres (40%) lo hacen influenciados por amigos frente a solo un cuarto femenino (25%). por otro lado, algunas mujeres apuestan para saldar deuda personal (17%).Gabriel Mraida, ministro porteño responsable del área social mencionada anteriormente subraya cómo “la ludopatía juvenil representa una nueva forma aislante”. no se trata únicamente de jugar compulsivamente; implica desconexión social profunda e incapacidad para relacionarse adecuadamente tanto familiar como grupalmente desde temprana edad.
reflexiones Sobre Cambios Generacionales
Martín Etchevers investigador en psicología sostiene: “El impacto radical causado por smartphones nos vuelve más sedentarios sin contar aún cómo equilibrar esos efectos negativos”. Esta transformación afecta especialmente a niños y adolescentes quienes experimentan menos interacciones cara a cara necesarias para desarrollar habilidades sociales fundamentales.
por otro lado hay patrones persistentes respecto al consumo tradicional como alcohol o tabaco donde se reporta inicio promedio alrededor dels17 años—con variaciones según género—y prevalencias notables según barrios específicos dentro Buenos Aires reflejando desigualdades socioeconómicas marcadas.
En conclusión ,el diagnóstico presentado revela preocupaciones serias acerca tanto usos tecnológicos emergentes como hábitos tradicionales arraigados . Es imperativo abordar estos temas mediante políticas públicas informadas basadas evidencias concretas si queremos mitigar riesgos futuros asociados .