La Política y el Cine: Un Análisis de «Once Upon a Time in Gaza» en Cannes
Un Nuevo Enfoque Cinematográfico sobre el Conflicto Palestino-Israelí
¿Es posible crear una película de acción que, además, incorpore elementos de comedia y drama, utilizando el conflicto entre Palestina e Israel como más que un simple telón de fondo? La respuesta es afirmativa, y «Once Upon a Time in Gaza» (Había una vez en Gaza) lo demuestra con creces.
La proyección del filme dirigido por Arab y Tarzan Nasser fue uno de los momentos más destacados del Festival de Cannes este lunes. Este evento marcó la primera exhibición que capturó la atención significativa de los asistentes acreditados. En contraste, otro estreno esperado es «The Six Billion Dollar Man», un documental sobre Julian Assange dirigido por Eugene Jarecki, programado para ser presentado el miércoles.
Aunque la Sala Claude debussy no estaba completamente llena,recibió a los cineastas y al elenco con una ovación entusiasta que se intensificó al concluir la proyección. Sin embargo, algunos críticos sugieren que estos aplausos podrían haber estado más relacionados con afinidades políticas que con la calidad cinematográfica per se.
Una Narrativa contextualizada en 2007
La película compite en la sección «Un certain regard», donde nuestro compatriota Nahuel Pérez Biscayart forma parte del jurado. A diferencia de muchas narrativas contemporáneas sobre conflictos bélicos, esta historia se sitúa en 2007. Durante el transcurso del filme resuena la voz del entonces presidente Donald Trump alabando las oportunidades económicas presentes en “la Riviera” de gaza.
El eje central gira alrededor de Osama (interpretado por Majd Eid) y Yahya (Nader Abd Alhay), quienes se ven envueltos en un negocio ilícito: trafican drogas ocultas dentro de pitas rellenas de falafel adquiridas en farmacias locales. Este comercio clandestino sirve como fachada hasta que las autoridades comienzan a investigar su operación.
A medida que avanza la trama hacia 2010, Yahya es descubierto por un director cinematográfico quien lo considera ideal para protagonizar “el primer filme de acción hecho en Gaza” contra “los viles sionistas”. Lejos del mundo actoral profesional y apodado humorísticamente como parte del emergente “Gazawood”, Yahya pronto se encuentra inmerso tanto en acción como drama.
Una Mirada Crítica al Género Cinematográfico
Los espectadores entraron esperando ver una crítica política profunda; sin embargo, lo que encontraron fue un filme centrado más bien en escenas llenas de adrenalina pero con bajo presupuesto. Esta elección estilística ha generado debates sobre cómo abordar temas tan complejos desde perspectivas menos convencionales.
Otras Proyecciones Destacadas
En otras presentaciones fuera de competencia durante el festival destaca «La mujer más rica del mundo», protagonizada por Isabelle Huppert.Su personaje está inspirado libremente en Liliane Bettencourt —heredera multimillonaria— y su tumultuosa relación con François Marie Banier. El escándalo familiar derivó incluso hacia instancias judiciales antes convertirse ahora también en material cinematográfico bajo dirección Thierry Klifa.Por otro lado, también tuvo lugar «Las águilas de la República», dirigida por Tarik Saleh e interpretada por Fares Fares —conocido como “el faraón” egipcio— quien enfrenta dilemas morales tras aceptar una oferta comprometedora debido a presiones gubernamentales. Saleh ha sido objeto constante del escrutinio político tras sus críticas abiertas al régimen egipcio actual liderado por Abdel Fattah el-Sisi.
El Festival ha demostrado ser un espacio donde las tensiones políticas son palpables; así como Jafar Panahi continúa desafiando restricciones gubernamentales desde Irán participando también este año con su obra «Un simple accidente».
si bien todo cine puede considerarse político hasta cierto punto, películas como «Once Upon a Time in Gaza» nos invitan a reflexionar sobre cómo estas narrativas pueden trascender géneros tradicionales para ofrecer nuevas perspectivas sobre realidades complejas.