Antigourmet: Un Movimiento que Reivindica la Comida Tradicional
La Historia de un Proyecto Nacido de la Comunidad
En el año 2014, el término «colchón de hojas verdes» ya se había convertido en un clásico dentro del léxico gastronómico palermitano, utilizado para describir una simple ensalada de lechuga. Sin embargo, aún faltaban tres años para que una empanada servida en un frasco causara revuelo en las redes sociales. En este contexto, Matías Pierrad y sus amigos vislumbraron una tendencia emergente: la ola gourmet. Decididos a contrarrestar esta corriente elitista, fundaron Antigourmet, un proyecto que ha evolucionado significativamente a lo largo de la última década.
Hoy en día, Antigourmet no solo es reconocido como una guía online dedicada a bodegones —esos restaurantes tradicionales y accesibles— sino también como un espacio físico ubicado en la esquina de Soler y Ravignani. Además, Matías ha publicado recientemente un libro sobre su experiencia y cuenta con más de 400.000 seguidores en diversas plataformas digitales. A medida que se acerca el lanzamiento de su franquicia —un concepto tan audaz como todo lo relacionado con este proyecto— Pierrad reflexiona sobre cómo comenzó todo “en broma”, pero ha crecido hasta convertirse en algo mucho más significativo.
La Filosofía Detrás del Nombre
La elección del nombre «Antigourmet» no fue casualidad; representa una postura clara frente al fenómeno gourmet contemporáneo. Durante una entrevista con Clarín, Matías explicó cómo fueron reconocidos como sitio cultural pero rechazaron el premio por estar catalogados “en contra” del gourmetismo: “Desde entonces hemos estado reflexionando sobre nuestro nombre y su significado”. Con humor añade que “el 99% de las personas son antigourmet; solo el 1% tiene los recursos para pagar por platos exorbitantes”.
Con formación académica en sistemas e publicidad y dueño de una agencia marketing digital, Matías reconoce que parte del impacto inicial se debió al nombre provocador elegido para el grupo: “El argentino es anti por naturaleza”. Sin embargo, enfatiza que su misión va más allá; busca reivindicar esos lugares donde disfrutar comida auténtica sin pretensiones.
El Origen del Proyecto
Matías siempre vivió en Junín hasta mudarse a Buenos Aires a los 26 años gracias a una beca para estudiar publicidad. Extrañaba profundamente su hogar y decidió reunir a sus amigos locales para formar un equipo de baloncesto llamado Deportivo Pompillo —un homenaje divertido al árbitro local conocido por ser poco querido entre los jugadores.
Cada miércoles después del entrenamiento habitual en Club Palermo buscaban dónde cenar juntos; sin embargo, pronto se dieron cuenta de que muchos restaurantes ofrecían experiencias decepcionantes durante ese periodo marcado por tendencias culinarias sofisticadas e inalcanzables. Recuerda con frustración cómo incluso les negaron ciertos pedidos porque «no maridaban». Fue así como decidieron encontrar lugares donde disfrutar realmente la comida tal cual les gustaba.
El primer bodegón visitado fue uno cercano al club Eros; allí comenzó Matías a escribir un blog personal destinado inicialmente solo para ellos mismos pero rápidamente creció hacia algo más grande cuando empezó interactuar con cocineros y mozos locales.
Crecimiento Exponencial
La popularidad llegó cuando fueron entrevistados por C5N durante la madrugada; esa exposición catapultó sus redes sociales tras crear rápidamente un logo representativo diseñado apresuradamente por Pupe Ilustra mientras Martín abría cuentas nuevas online. En cuestión horas lograron miles seguidores interesados genuinamente por compartir experiencias gastronómicas auténticas.
A partir ese momento no hubo vuelta atrás: organizaron encuentros comunitarios donde todos podían participar sin necesidad alguna plataforma digital avanzada ni métodos modernos pagos electrónicos disponibles entonces—simplemente compartían buenos momentos alrededor buena comida tradicional mientras apoyaban negocios locales necesitados ayuda financiera mediante estas juntadas informales.
Antigourmet ahora cuenta con múltiples grupos activos WhatsApp además newsletter mensual dirigido específicamente aficionados gastronomía tradicional quienes buscan recomendaciones confiables dentro comunidad creciente compuesta aproximadamente treinta mil personas interesadas temas relacionados cocina local cultura culinaria argentina actualizada constantemente según necesidades usuarios involucrados directamente cada actividad organizada regularmente desde inicio proyecto original hace diez años atrás!
En conclusión podemos afirmar claramente hoy día Antigourmet representa mucho más simplemente guía o franquicia comercial sino movimiento social fuerte enfocado rescatar valor cultural presente nuestras tradiciones alimenticias cotidianas celebrando esencia misma identidad nacional argentina!
El Renacer de los Bodegones: Una Iniciativa Solidaria y Gastronómica
La Revolución del Antigourmet
En el ámbito de la gastronomía, el concepto de bodegón ha experimentado un notable resurgimiento en los últimos años. A diferencia de las tendencias efímeras como los pop-ups o menús elaborados por chefs reconocidos, el movimiento Antigourmet se ha enfocado en celebrar la esencia auténtica y solidaria de estos espacios culinarios. Este grupo no solo promueve la cultura del bodegón, sino que también se involucra activamente en causas sociales, como la distribución de las Cookies de Juli —deliciosas galletas elaboradas por Julieta Leonetti para apoyar a niños con cáncer— y la organización de guisos solidarios junto a iniciativas como La Chica del Brunch y Salva la Cocina.
Un Espacio para Revalorizar Tradiciones
Matías, uno de los fundadores del Antigourmet, explica que su enfoque «anti» busca crear un ambiente humorístico que fomente tanto el disfrute gastronómico como el apoyo social. «Siempre nos hemos visto más como comensales que críticos o influencers», señala Matías. Esta perspectiva les ha permitido evitar críticas negativas y enfocarse en lo positivo: reírse juntos mientras celebran su amor por la comida tradicional.
A pesar del auge actual que viven los bodegones, hace casi una década eran objeto de prejuicios severos; muchos creían erróneamente que eran lugares insalubres donde se servía comida poco apetecible. Sin embargo, este grupo ha trabajado arduamente para desmentir esos mitos y elevar el estándar general sobre lo que representa la cocina argentina.
La pandemia actuó como un catalizador inesperado para este renacimiento cultural. Al regresar a estos espacios tras meses sin poder socializar cara a cara, muchas personas redescubrieron su valor emocional e identitario dentro del tejido social argentino.
El Bodegón: Un Patrimonio Cultural
Para quienes integran Antigourmet, visitar un bodegón es mucho más que simplemente comer; es una experiencia cargada de significado familiar y comunitario. «La gastronomía argentina está intrínsecamente ligada a estos lugares», afirma Pierrad. En su libro “La Biblia y el Bodegón”, publicado con Editorial Área de Picnic, recopila 100 relatos que reflejan esta rica diversidad emocional asociada al bodegón.
Consciente del impacto económico actual sobre estas instituciones culinarias tradicionales —que siguen siendo refugios accesibles para muchas familias— Pierrad destaca cómo es posible disfrutar una buena comida por aproximadamente 15 mil pesos argentinos por persona en algunos establecimientos e incluso menos en otros.
La Esquina Antigourmet: Más Que Solo Comida
El proyecto también dio lugar a “La Esquina Antigourmet”, concebida no solo como otro bodegón sino más bien como “una embajada” dedicada a honrar esta tradición culinaria local. Facu, uno de sus miembros fundadores y maestro cervecero originario Junín, decidió abrir un bar donde pudiera ofrecer sus cervezas artesanales mientras Matías aportaba ideas innovadoras al menú.
A pesar del desafío inicial —con propietarios tradicionales cuestionando cómo ingresarían ciertos ingredientes— lograron establecerse sin competir directamente con otros bodegones locales; ofrecen platos únicos inspirados en ellos pero sin replicar exactamente sus ofertas típicas.
“Si alguien busca pescado fresco o pastas caseras aquí no encontrará eso; les recomendamos ir al Faro de Vigo o al Hispano”, aclara Matías mientras continúan promoviendo activamente otros establecimientos locales mediante guías interactivas.
Mirando Hacia Adelante: La Antifranquicia
El futuro parece prometedor para el movimiento Antigourmet con planes ambiciosos bajo lo que han denominado «Antifranquicia». Están desarrollando un modelo destinado a abrir embajadas similares en cada provincia argentina cuyo objetivo será destinar parte del canon recaudado hacia iniciativas locales relacionadas con los bodegones e incluso abrir uno nuevo en Padre Mugica destinado tanto al almuerzo comunitario durante el día como restaurante nocturno posteriormente.
Matías comparte optimismo respecto al potencial comercial detrás este modelo colaborativo: “Estamos buscando conectar con aquellos apasionados por nuestra cultura gastronómica”. Además menciona haber compartido conocimientos sobre creación comunitaria durante una charla reciente en la Facultad Ciencias Económicas Universidad Nordeste.
Pierrad sueña con expandir estas embajadas alrededor todo Argentina durante próximos diez años agradeciendo especialmente Club Palermo donde aún juegan baloncesto ya no cuenta hoy día cantina tan buena comparada concesión actual porque si hubieran continuado comiendo allí probablemente nunca habrían creado movimiento conocido hoy día bajo nombre ‘Antigourmet’.
Este esfuerzo colectivo refleja cómo las tradiciones pueden ser revitalizadas mediante colaboración creativa entre amigos comprometidos hacia preservar legado cultural único presente dentro cada bocado servido desde corazón mismo país argentino.