Oasis Regresa a Argentina: Un Concierto Inolvidable en el Estadio River Plate
El icónico dúo británico formado por los hermanos Noel y Liam Gallagher se presentó en vivo este sábado 15 de noviembre, marcando el primero de dos conciertos en la emblemática cancha de River. A pesar de sus trayectorias individuales, ambos han mantenido una conexión constante con su público argentino, que se encuentra entre los diez países que más escuchan a los reyes del britpop.
Cierre de Gira y Posibles Nuevos Proyectos
Con entradas completamente agotadas,Argentina será parte del cierre de esta gira junto a Chile y Brasil.Sin embargo, las expectativas son altas para un posible regreso más contundente de Oasis en 2026, tras una espera que ha durado 16 años.
A las 20:30 horas, con la puntualidad característica británica (avisaron que iniciarían media hora antes debido al pronóstico meteorológico), Oasis hizo su entrada triunfal ante un público eufórico. La banda comenzó su actuación con tres grandes éxitos: «Hello», «Acquiesce» y el clásico «(What’s The Story) Morning Glory», álbum que celebra su trigésimo aniversario este año. Este inicio fue simplemente arrollador.
Un Público diversificado
la audiencia presente era un reflejo del legado musical del grupo; muchos eran cuarentones y cincuentones que crecieron con himnos como «Wonderwall». Sin embargo, también había una nueva generación compuesta por jóvenes e incluso adolescentes (¿serán ellos la nueva ola?) que descubrieron a Oasis gracias a plataformas como TikTok.
En su primera presentación en Buenos Aires en 1998, Oasis llenó el Luna Park con siete mil fanáticos. En aquella ocasión sonaron como solo podían hacerlo allí: creando una atmósfera envolvente llena de energía. Desde entonces, cada visita ha consolidado su estatus como supergrupo masivo; recordemos que su última actuación antes de separarse también tuvo lugar en River Plate donde interpretaron clásicos como «Wonderwall», «Supersonic» y «Don’t Look Back in Anger». Es sorprendente cómo parece no haber pasado el tiempo para ellos ni para sus seguidores.
Este fenómeno podría interpretarse erróneamente como falta de evolución; sin embargo, es más bien un signo claro de consolidación dentro del rock. La gente sigue apoyando fervientemente un género musical lleno de emociones genuinas aunque muestre signos evidentes de fatiga creativa. En otras palabras, no hay necesidad urgente por parte del grupo para crear nuevo material cuando ya han logrado tanto éxito; según lo indica la magnitud prevista para la gira 2025.
Una Nueva Faceta Familiar
Los hermanos Gallagher parecen haber evolucionado hacia figuras más amables y accesibles al público actual. Liam ha demostrado tener una voz impresionante durante estos shows mientras Noel aprovecha cada oportunidad para interactuar con sus fans mediante redes sociales o programas digitales. Esta aparente tregua entre ellos contrasta notablemente con las antiguas disputas públicas entre ambos.
Damon Albarn —líder del grupo Blur— reconoció abiertamente este regreso triunfal afirmando: “Podemos decir oficialmente que Oasis ganó la batalla”.
Richard Ashcroft Como Telonero
Para calentar motores antes del espectáculo principal estuvo Richard Ashcroft —exlíder de The Verve— quien ya había acompañado a los Gallagher durante sus presentaciones europeas previas y ahora cerraba esta etapa sudamericana junto a ellos.
A las 19:15 horas comenzó Ashcroft puntualmente ante un estadio repleto donde recibió vítores entusiastas mientras ofrecía seis canciones memorables incluyendo su famosa “Bitter Sweet Symphony”, dedicándola simbólicamente al legendario Diego Maradona al lucir una camiseta argentina.El ambiente estaba cargado de nostalgia mientras se celebraba el aniversario número treinta del álbum «(What’s The Story) Morning Glory». Las críticas sobre estos conciertos destacan cómo Liam se presenta en excelente forma vocalmente hablando —más claro que nunca— mientras Noel recibe elogios por la precisión técnica exhibida durante toda la noche.
fue un concierto lleno no solo nostalgia sino también buenas intenciones donde dos hermanos parecían finalmente reconciliarse consigo mismos y escuchar el eco perdurable creado por sus propias obras maestras musicales.
