La Represión del Régimen de Maduro Abarca a la Iglesia: Un Análisis de la Situación Actual
La Tensión entre el Gobierno y la Iglesia Católica
La escalada represiva del régimen de Nicolás Maduro ha alcanzado incluso a la iglesia católica,donde los sacerdotes críticos son objeto de descalificaciones y represión. El mandatario venezolano se refiere despectivamente a estos religiosos como “los señores con sotana”, mientras implementa una red de espionaje destinada a identificar y castigar a quienes se atreven a criticar su gobierno.Recientemente, el cardenal Baltazar Porras fue víctima de esta ofensiva al ser impedido de participar en las ceremonias por la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, los únicos santos venezolanos reconocidos por el Vaticano. Este hecho resalta las tensiones históricas entre el chavismo y la iglesia católica, que ha denunciado repetidamente las violaciones a los derechos humanos y la falta de libertades en Venezuela durante más de dos décadas.
Críticas que Desatan Furias
La situación se agravó cuando miembros del Episcopado venezolano criticaron públicamente al presidente Maduro por haber adelantado las festividades navideñas al 1° de octubre, un acto que contradice las tradiciones culturales donde estas celebraciones inician en diciembre. Además, han exigido la liberación inmediata de aproximadamente 900 presos políticos. Esta oposición ha enfurecido al mandatario quien afirmó: “No van a contradecir una decisión del pueblo”.
El cardenal Porras denunció que le fue negada su posibilidad para viajar hacia Trujillo para oficiar una misa con motivo del reconocimiento papal hacia Hernández. Según sus declaraciones, fue rodeado por fuerzas militares bajo el pretexto infundado del «riesgo» que representaba su presencia en Isnotú.
Obstáculos Inusuales para un Mensaje Espiritual
En un relato detallado sobre su experiencia reciente, porras explicó cómo recibió una llamada advirtiéndole sobre supuestos disturbios antes incluso del evento programado (24 de octubre). Posteriormente le informaron mediante correo electrónico que su vuelo había sido cancelado hasta finales del mes; sin embargo, descubrió más tarde que otros vuelos operaban normalmente.
Frustrado ante estas restricciones injustificadas, optó por tomar un vuelo privado cuyo destino también fue alterado debido a condiciones climáticas adversas según lo informado oficialmente. Durante este desvío hacia Barquisimeto encontró un despliegue militar inusual e intentos fallidos para continuar su viaje terrestre hacia Isnotú lo llevaron finalmente a regresar sin poder cumplir con sus deberes religiosos.
Reacción Política ante la Represión
María Corina Machado expresó preocupación ante esta escalada represiva contra figuras religiosas como Baltazar Porras. En redes sociales hizo eco sobre cómo esta agresión es parte integral del control autoritario ejercido por el venezuela/» title=»Argentina y la Convención de Viena: Defensa Diplomática ante …»>régimen madurista.
Además, Maduro anunció planes para reactivar «VenApp», originalmente diseñada como herramienta ciudadana para reportar fallas en servicios públicos pero ahora transformada en mecanismo potencialmente represivo contra opositores políticos. Con este cambio busca permitir denuncias anónimas sobre cualquier crítica o comentario negativo respecto al gobierno.
Implicaciones Internacionales
Este movimiento ocurre simultáneamente con maniobras militares estadounidenses cerca de las costas venezolanas dirigidas contra organizaciones narcotraficantes; así mismo representa una estrategia clara para silenciar voces disidentes dentro y fuera del país frente al contexto internacional actual.
Amnistía Internacional ha advertido sobre los peligros inherentes asociados con VenApp ya que podría convertirse en instrumento utilizado no solo contra opositores políticos sino también facilitando venganzas personales o familiares dentro comunidades locales.
mientras Nicolás Maduro intensifica sus esfuerzos por controlar toda forma crítica dentro Venezuela —incluyendo instituciones religiosas— queda claro que tanto líderes espirituales como ciudadanos comunes enfrentan riesgos significativos bajo este clima opresivo.
