Argentina atraviesa uno de los episodios más graves de salud pública de las últimas décadas. La distribución de fentanilo clínico contaminado ha provocado hasta este domingo al menos 87 muertes confirmadas y otros 9 decesos bajo investigación, lo que eleva la cifra total de víctimas a cerca de 96 personas en todo el país.
El caso, que estremece al sistema sanitario y a la política nacional, salió a la luz tras detectarse reacciones adversas en pacientes que habían recibido tratamientos con ampollas de fentanilo. Según la investigación judicial en curso, se habrían distribuido más de 300.000 dosis en 118 centros de salud.
Investigación en curso y presiones políticas
La Justicia avanza en el análisis de responsabilidades y ya hay 24 sospechosos vinculados a los laboratorios HLB Pharma Group y Ramallo, señalados como posibles responsables de la elaboración y distribución de los lotes contaminados.
El presidente Javier Milei se refirió al tema en duros términos, acusando al kirchnerismo de haber protegido en el pasado a uno de los empresarios involucrados. Además, instó públicamente al juez de la causa a acelerar las decisiones, lo que despertó críticas de la oposición y de sectores judiciales, que advirtieron sobre una posible intromisión en la independencia de poderes.
Por su parte, la oposición responsabiliza al Gobierno por la falta de controles sanitarios, consecuencia —afirman— de la política de desregulación en el sector farmacéutico.
Un drama con impacto social
El fentanilo, un opioide de uso hospitalario que suele aplicarse para controlar dolores intensos en cirugías o pacientes oncológicos, quedó en el centro de la polémica. Lo que debía ser un recurso seguro para la medicina, se transformó en una amenaza letal por fallas en la cadena de producción y supervisión.
Familiares de las víctimas han reclamado explicaciones y justicia en hospitales de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, donde se concentran la mayoría de los casos. Asociaciones médicas advierten que la crisis podría dejar una secuela duradera en la confianza hacia el sistema de salud y piden la creación de un comité independiente que supervise de manera urgente la trazabilidad de medicamentos en el país.
El peor escándalo sanitario en años
Especialistas ya consideran este episodio como el mayor escándalo sanitario de los últimos 20 años en Argentina, tanto por la magnitud del daño como por la gravedad de las irregularidades detectadas.
Mientras la Justicia avanza, el Ministerio de Salud reforzó los controles en hospitales y clínicas privadas, al tiempo que ordenó retirar de circulación todos los lotes sospechosos. Sin embargo, el daño ya está hecho: casi un centenar de familias llora hoy la pérdida de un ser querido por un medicamento que debía salvar vidas.