La Transformación del Despacho Oval: Un Nuevo Capítulo en la Casa Blanca
Cambios Radicales en el Corazón del Poder Estadounidense
Desde su regreso a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump ha estado decidido a reconfigurar de manera drástica la política estadounidense, desmantelando muchas de las iniciativas implementadas por su predecesor, Joe Biden. Este cambio no solo se refleja en las decisiones políticas, sino también en la estética del Despacho Oval y sus alrededores, donde los toques dorados han comenzado a dominar el espacio.
En menos de seis meses desde que asumió nuevamente el cargo,esta emblemática oficina presidencial ha experimentado una transformación notable. Cada vez más se asemeja al lujoso estilo de Mar-a-Lago, su residencia en Florida, y menos al austero entorno que caracterizaba a administraciones anteriores.
Un Estilo Ostentoso y Personalizado
La fascinación de Trump por lo dorado es evidente para cualquiera que visite su refugio floridano; muchos lo comparan con un palacio barroco debido a su decoración exuberante. A diferencia de su primer mandato (2017-2021), cuando realizó cambios más sutiles como reemplazar las cortinas rojas utilizadas por Barack Obama con unas doradas que Biden mantuvo, esta vez ha optado por una renovación mucho más audaz.
Desde enero pasado, Trump ha duplicado la cantidad de cuadros colgados en el Despacho Oval e incorporado espejos con marcos pesados y dorados. Además, los detalles ornamentales han proliferado: cornisas decoradas con oro adornan chimeneas y mesas mientras nuevos elementos decorativos surgen constantemente.
Las diferencias son evidentes al comparar imágenes recientes entre Trump y Biden durante reuniones oficiales; incluso la hiedra sueca que había sido un símbolo durante décadas ha sido reemplazada por trofeos dorados y un reloj también bañado en oro.
Controversias Fuera del Despacho Oval
Los cambios no se limitan únicamente al interior del despacho presidencial. En una decisión polémica muy comentada, Trump ordenó cubrir con asfalto el césped de la Rosaleda —un espacio diseñado originalmente por Jacqueline Kennedy— para facilitar eventos públicos. Este área emblemática mide aproximadamente 40 metros por 20 metros y está rodeada de parterres florales.
Además, bajo sus instrucciones se instalaron dos mástiles altos para ondear grandes banderas estadounidenses; estos fueron financiados personalmente por él mismo. También tomó medidas drásticas como talar una magnolia histórica plantada durante el mandato del presidente Andrew Jackson debido a problemas sanitarios alegados.
Una acción sorprendente fue colgar un retrato suyo donde antes estaba el cuadro de Hillary Clinton dentro de la colección dedicada a las primeras damas. Asimismo, Trump ha expresado planes para construir un salón de baile similar al existente en Mar-a-Lago con un costo estimado cercano a los 200 millones dólares.
La Historia Repetida: Transformaciones Controversiales
Estas reformas no son algo nuevo ni exclusivo del actual presidente; según Stewart McLaurin —presidente de la Asociación Histórica de la Casa Blanca— muchas modificaciones han tenido lugar desde 1792 cuando comenzó su construcción original.Las renovaciones realizadas bajo presidentes como Thomas Jefferson o Andrew Jackson fueron criticadas duramente pero eventualmente se integraron como parte esencial del carácter histórico del edificio.
Incluso Jackie Kennedy enfrentó críticas sobre sus rediseños considerados elitistas durante su tiempo; Richard Nixon también fue objeto de controversia tras convertir una piscina interior histórica en lo que hoy es conocido como sala prensa.
A pesar del debate público sobre estas alteraciones estéticas o funcionales dentro della Casa Blanca “muchas transformaciones han llegado a ser vistas como parte integral” e ineludible dentro dela identidad misma dela residencia presidencial”, concluye McLaurin destacando cómo estas evoluciones forman parte indisoluble dela historia estadounidense contemporánea.
Agencia EFE