La Tradición de San Cayetano: Un Llamado a la Esperanza y la Solidaridad
Cada año,la celebración de San cayetano,el santo del trabajo,atrae a miles de fieles que se congregan para pedir por empleo y salud. Este evento se ha convertido en una tradición que renueva su significado con cada edición. En esta ocasión, las colas alcanzaron hasta cuatro cuadras, reflejando la necesidad y esperanza de quienes buscan mejorar sus condiciones laborales y personales.
Una Vigilia de Fe
Desde días antes del evento principal, muchos devotos acampan frente al santuario con el deseo ferviente de tocar la imagen del santo cuando las puertas se abren. Este jueves a medianoche marcó el inicio oficial de las festividades, dando paso a un flujo constante de personas durante toda la mañana. Entre los testimonios recogidos por Clarín, los pedidos más comunes giraban en torno a temas como la salud y el trabajo.
Mario, un hombre originario de Ituzaingó que padece epilepsia y depende de una pensión limitada para subsistir, compartió su historia: “vengo aquí para pedir salud porque no puedo trabajar debido a mi condición”. Por otro lado, Beatriz llegó desde moreno con una súplica especial por su nieta enferma: “Agradezco lo que tengo pero también quiero pedir por aquellos que están sin empleo”.
Agradecimientos en Tiempos Difíciles
Celina es otra fiel devota que expresó sus oraciones en agradecimiento por el bienestar familiar: “Pido por mis hijos; gracias a Dios tienen trabajo y buena salud. Sin embargo, no olvido a quienes están luchando sin empleo”. Rafael también asistió para dar gracias; este jubilado recordó cómo llegó desde Córdoba hace casi cinco décadas buscando oportunidades laborales.
“Me jubilé después de trabajar muchos años en una fábrica”, comentó Rafael. “Afortunadamente mi pensión me permite vivir bien”.Su testimonio resuena entre otros asistentes como Carlos Manuel desde Santa Fe quien teme perder su puesto como transportista debido rumores sobre despidos inminentes.
La realidad Económica Reflejada en las Calles
La situación económica actual también afecta profundamente a los vendedores ambulantes presentes durante esta festividad. Miguel viajó desde Chajarí (Entre Ríos) e indicó que aunque no comparte creencias religiosas tradicionales —siendo evangelista— comprende perfectamente las preocupaciones laborales expresadas por otros asistentes: “Antes podía ganar más vendiendo productos callejeros; ahora es complicado porque hay menos dinero circulando”.
Durante este emotivo encuentro espiritual también tuvo lugar una misa oficiada por el arzobispo porteño Jorge García Cuerva quien hizo un llamado urgente al Gobierno sobre temas críticos relacionados con jubilados y personas discapacitadas. «Es nuestra responsabilidad cuidar a los más vulnerables», enfatizó García Cuerva mientras instaba al público presente a no ignorar las dificultades enfrentadas diariamente por aquellos menos favorecidos.
cada 7 de agosto representa mucho más que una simple celebración religiosa; es un recordatorio poderoso sobre solidaridad social ante adversidades económicas persistentes.La fe colectiva se manifiesta tanto en peticiones individuales como en agradecimientos compartidos entre quienes buscan mejorar sus vidas mediante el apoyo mutuo bajo la mirada atenta del Santo del Trabajo.