El Regreso del Fútbol Argentino: Un encuentro de Pasiones en Lanús
Las calles de Lanús vivieron una transformación notable. En la emblemática esquina de 9 de Julio y Guidi,las camisetas granates se mezclaban con el bullicio habitual,donde los aficionados se reunían para disfrutar de la previa con música cumbia,cerveza y fernet. Sin embargo, al dar un rodeo por la manzana, entre vallas y fuerzas del orden, se podía observar a los visitantes que llegaban en masa. No era un sueño ni una ficción; tras más de diez años, el fútbol argentino había recuperado su esencia inclusiva.
La Fiesta del Fútbol: Hinchas de Rosario Central en Acción
Por las calles Purita y Esquiú desembarcaron numerosos micros repletos de hinchas del Rosario Central. Con entusiasmo desbordante, cantaban por su equipo mientras avanzaban hacia el estadio a paso firme. Esta experiencia vibrante era parte del pasado reciente que solo existía en la memoria colectiva de las viejas barras.
Una nueva generación estaba presente; niños que caminaban junto a sus padres hacia la tribuna solo conocían Arroyito como su hogar futbolístico. Este sábado tuvieron finalmente la oportunidad de celebrar un triunfo fuera de casa.
La bandera «Los Guerreros Pte.», con sus impresionantes 15 metros, fue colgada sin atender las recomendaciones oficiales.Los tirantes dominaron el ambiente mientras ondearon trapos con el escudo del club rosarino. La percusión resonó con bombos y trompetas; se vendieron 7 mil entradas populares según datos proporcionados por la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (ApreViDe).todos los hinchas llegaron en más de 30 vehículos —ómnibus, combis y autos particulares— creando una auténtica fiesta que culminó sin incidentes ni arrestos.
Seguridad Reforzada para un Evento Histórico
Para garantizar la seguridad durante este evento significativo hubo un despliegue policial considerable: 750 efectivos estaban presentes —350 más que lo habitual cuando Lanús juega solo para su afición— además contaron con 80 agentes privados y 110 empleados encargados del control accesible mediante identificación personal.
una vez dentro del estadio renació el folclore futbolístico local; esta vez no hubo cánticos dirigidos al aire sino dedicaciones directas a los visitantes acompañadas por gritos desafortunados como “son los come gatos”, dirigidos hacia Rosario Central. También hubo expresiones hostiles hacia Claudio Tapia debido a decisiones arbitrales recientes que generaron controversia entre los aficionados locales.
Sin embargo,no todo fue hostilidad; Angel Di María recibió una cálida bienvenida por parte del público granate. Una bandera elaborada por sus seguidores mostraba colores argentinos junto a una imagen icónica donde Di María besa la copa dorada obtenida en Qatar bajo el mensaje “Bienvenido al club más grande del barrio”. Un aficionado vestido completamente granate lucía orgulloso su camiseta nacional número 11 con el apellido Del Fideo estampado detrás; así quedó claro que había aprecio genuino por este logro histórico cuando lo ovacionaron durante un tiro desde esquina en segunda mitad.
El momento culminante llegó cuando Andrés Merlos pareció rendir homenaje al jugador rosarino tras marcar gol pero no hubo reclamos contra él; toda esa energía negativa se centró nuevamente sobre Chiqui Tapia.
El encuentro concluyó dejando atrás otra escena memorable: jugadores celebrando frente a sus seguidores después mucho tiempo sin poder hacerlo abiertamente debido a restricciones previas impuestas por situaciones adversas relacionadas al público visitante dentro estadios locales . Los hinchas locales debieron esperar cuarenta minutos antes poder abandonar su propia cancha , reflejando así esfuerzos conjuntos buscando normalidad donde dos pasiones puedan coexistir pacíficamente .
Este evento marcó no solo un regreso esperado sino también esperanza renovada para todos aquellos amantes apasionados fútbol argentino .