Reflexiones sobre la Migración: Entre el Hogar y la Nueva Vida
La Dualidad de Ser Argentino en el Extranjero
Recuerdo con claridad un grafiti que leí hace años, que se ha convertido casi en un dicho popular: “Argentina tiene una salida: Ezeiza”. Esta frase me provoca una mezcla de risa y dolor, como si resonara entre mi estómago y mi corazón. ¿Acaso no es ahí donde reside nuestra esencia?
Los altibajos de la situación en Argentina han llevado a muchos a experimentar ciclos de partida y regreso. Este vaivén no es gratuito; implica ganar una sensación de estabilidad, un refugio emocional y la posibilidad de planificar a largo plazo. Sin embargo, esta búsqueda también está marcada por una nostalgia profunda hacia un mundo que alguna vez fue nuestro pero del cual ahora nos sentimos distantes. Esa ausencia se manifiesta en pequeños fetiches como el dulce de leche, el mate o los alfajores; no solo los extrañamos por su sabor, sino por lo que simbolizan: recuerdos entrañables, infancia y hogar.
Adaptación a nuevas Realidades
Desde hace casi cinco años resido en España junto a mi esposa e hijos adolescentes. Es evidente que adaptarse a un nuevo entorno presenta desafíos; sin embargo, también hay momentos gratificantes al encontrar un espacio acogedor donde las incertidumbres del día siguiente son menos abrumadoras. Aquí no tengo que preocuparme por quedarme despierto hasta tarde esperando el regreso de mis hijos ni lidiar con la incomprensión sobre cómo funciona el mercado inmobiliario local —donde comprar una casa requiere tener dinero disponible al contado— ni sentirme inseguro ante las autoridades.
Esta experiencia positiva contrasta con la sensación constante de estar dividido entre dos mundos. Mis días están marcados por noticias tanto locales como argentinas; cada uno representa universos distintos pero igualmente significativos para mí. Aunque hemos enfrentado decepciones desde nuestra partida,siempre hay algo nostálgico presente.
La Identidad Globalizada de Nuestros Hijos
Mis hijos están creciendo inmersos en esta dualidad cultural enriquecedora. Preguntarles cuál país prefieren resulta casi absurdo; su identidad está formada por experiencias diversas e invaluables que les han permitido desarrollarse plenamente. A medida que navegan entre estas dos realidades —la española y la argentina— comienzan a forjar su propia identidad dentro del contexto global actual.Este fenómeno refleja cómo las nuevas generaciones están moldeando sus identidades sin ataduras definitivas a ningún lugar específico. En este mundo interconectado donde todo parece más fluido e incierto,nuestros hijos son verdaderamente ciudadanos del mundo.
vivir lejos del hogar trae consigo tanto retos como oportunidades únicas para crecer y redefinir lo que significa pertenecer a múltiples culturas simultáneamente.