Tommy Heinrich: un Pionero del Montañismo Argentino
Un Viaje Incesante
Tommy Heinrich, un ingeniero agrónomo de 63 años, ha llevado una vida marcada por la aventura y la exploración. su rutina se caracteriza por tres semanas de viajes seguidas de una en casa, un ritmo que asegura no le resulta agotador.En los últimos seis meses, ha recorrido lugares tan diversos como la Antártida, las Islas Malvinas, Groenlandia, Islandia, Suiza, Italia, China y Uzbekistán. Estas travesías son parte de su trabajo con National Geographic y también lo llevan a ofrecer conferencias sobre sus experiencias.Sin embargo, más allá de su faceta como conferencista y fotógrafo montañés, Tommy es reconocido como el primer argentino en alcanzar la cima del Everest (8.848 metros). Este hito se conmemoró el 15 de mayo pasado al cumplirse 30 años desde su hazaña. Aunque Clarín intentó contactarlo para celebrar esta fecha significativa mientras se encontraba en Ashgabat (Turkmenistán), las estrictas restricciones digitales hicieron que fuera casi imposible establecer comunicación.
La Cima del Everest: Un recuerdo Indeleble
El ascenso al Everest fue un proceso arduo que tomó casi dos meses. Heinrich alcanzó la cumbre a las 7:45 AM tras enfrentar el último tramo durante la noche. «Recuerdo ese momento claramente; fue uno de los más significativos de mi vida», comparte con nostalgia.Junto a otros cuatro compañeros permaneció aproximadamente 45 minutos en la cima antes de iniciar el descenso; «en montañismo el tiempo es crucial», enfatiza.
En ese instante histórico sacó una bandera argentina comprada en Buenos Aires para inmortalizar su logro mediante fotografías; sin embargo decidió no dejarla clavada allí: «Era un tesoro que me había acompañado durante todo este viaje y preferí regalarla a mis padres», explica.
A pesar del severo congelamiento que sufrió en manos y pies —perdiendo algunas uñas— recuerda haber llegado físicamente bien al objetivo final: «Lo único importante era estar allí».
La Importancia del Trabajo en Equipo
Heinrich destaca también el valor fundamental del compañerismo entre los miembros del equipo durante esa expedición histórica: “La solidaridad fue clave”, menciona refiriéndose a sus compañeros Brad Bull (Denver), Apa Sherpa —quien alcanzaría posteriormente otras cumbres— arita Sherpa —hermano mayor fallecido— y Nima Rita Sherpa —su cuñado— quienes formaron parte esencial de esa experiencia inolvidable.
hoy día sigue vinculado al montañismo aunque reconoce ser más cauteloso debido a su rol como padre: “No puedo dejarlo; es un camino sin retorno”, afirma mientras reflexiona sobre cómo esta actividad le ayudó a enfrentar momentos difíciles relacionados con la enfermedad terminal de su esposa Victoria.
Reflexiones sobre Argentina
Tommy emigró hacia Estados Unidos en 1988 pero nunca dejó atrás sus raíces argentinas ni perdió contacto emocional con su país natal pese a haber vivido situaciones complejas como dictaduras o crisis económicas. “El Everest transformó mi perspectiva”, confiesa acerca del patriotismo renovado que sintió tras alcanzar esa meta monumental.
Su regreso triunfal a Argentina estuvo marcado por una emotiva recepción pública e incluso tuvo lugar un encuentro con Carlos Menem quien era presidente entonces.en total recibió múltiples reconocimientos incluyendo ser nombrado Comendador por sus servicios distinguidos al mérito civil poco después.
El Desafío Personal Más Grande
Tras regresar definitivamente al país encontró amor junto a Victoria Minguillón; juntos formaron una familia teniendo como fruto su hijo Liam quien ahora tiene 21 años. Sin embargo enfrentaron desafíos personales cuando Victoria fue diagnosticada con cáncer colon rectal justo después de haberse casado nuevamente tras separarse brevemente debido ausencias relacionadas con expediciones montañesas previas.
“Aprendí lo valioso que es disfrutar cada momento”, dice Tommy recordando cómo aprovecharon cada oportunidad familiar durante tratamientos médicos intensivos donde viajaban juntos siempre buscando crear recuerdos positivos ante adversidades inesperadas.
Aunque Liam no heredará necesariamente la pasión por escalar montañas –prefiriendo dedicarse al estudio económico– Tommy respeta plenamente sus decisiones apoyándolo incondicionalmente mientras reflexiona sobre cómo equilibrar responsabilidades familiares frente riesgos inherentes asociados al montañismo profesionalmente practicado desde hace décadas atrás.
La historia inspiradora e impactante continúa resonando entre quienes siguen admirando tanto logros deportivos extraordinarios así como resiliencia personal ante circunstancias desafiantes vividas dentro contextos sociales complejos propios argentinos contemporáneos actuales.
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